¿Qué desvela nuestra información genética?
El ADN es la molécula que contiene la información genética que determina las características de una persona. Si se produce un error a lo largo de la vida del ADN o ya porta alguna mutación, las posibilidades de sufrir ciertas enfermedades son más elevadas. Así pues, tanto los rasgos de una persona como la disposición a padecer una enfermedad vienen descritos por la información genética del individuo.
Para estudiar las instrucciones de nuestro material genético, pueden realizarse pruebas o test de ADN, permitiendo diagnosticar determinadas enfermedades, determinar la gravedad de un trastorno, detectar cambios en el ADN que pueden estar causando una patología u orientar sobre la mejor terapia para administrar.
La cuestión es que esta información genética es extremadamente compleja de analizar y de interpretar. Este tipo de pruebas se lleva a cabo generalmente en la práctica clínica, de manera que las unidades especializadas de bioinformática y secuenciación recomiendan a los médicos y a los pacientes llevarlas a cabo.
También existen pruebas genéticas que se venden directamente al consumidor. Pruebas que nos proporcionan pistas sobre el riesgo de padecer una determinada patología. No obstante, las condiciones ambientales, el estilo de vida y los factores socioeconómicos también juegan un papel fundamental en nuestra salud. Por eso, los resultados que obtengamos de estas pruebas de ADN no es definitiva y solamente deberían animarnos a cambiar los hábitos que puedan ser perjudiciales. Además, el hecho de que tengamos más posibilidades de sufrir una enfermedad no quiere decir que vayamos a desarrollarla.
¿Cómo se hace un test de ADN?
Un test de ADN puede realizarse con cualquier muestra de origen biológico, como la piel, el pelo, la saliva o la sangre. En el caso de los test de ADN que se venden directamente al consumidor, las empresas ofrecen normalmente un sencillo kit para hacer un pequeño frotis con las células del interior de la mejilla o introducir nuestra saliva en un pequeño tubo. Después se devuelve el tubo a la empresa para que analice el material genético y nos dé los resultados predictivos en función del panel genético que estudie.
¿Para qué sirve un test de ADN?
Hay que tener en cuenta que, aunque realizar un test de ADN es muy sencillo, interpretar sus resultados no lo es. Por eso, es recomendable acudir a un especialista que nos explique bien las conclusiones de la prueba, ya que la información genética que se desvela puede ofrecer datos inesperados sobre la predisposición o el riesgo a padecer una enfermedad.
Pero estos test también pueden ayudarnos a conocer mejor nuestra ascendencia, ya que determinados marcadores en el ADN pueden indicar que procedemos de una región u otra, una dato curioso que no tiene mayores complicaciones para la salud.
Así pues, la realización de un test de ADN puede ser de utilidad para desvelar alguna incertidumbre y para mejorar nuestros hábitos de vida para reducir las posibilidades de contraer una enfermedad. No obstante, hay que tener en cuenta que no todo está escrito en el ADN y que nuestra salud depende de otros muchos factores.