Cada persona que desea solicitar una prueba paternidad es consciente y sabe que este test puede comportar ciertas rencillas familiares. Incluso es posible que alguno de los implicados, sea el padre o la madre del hijo/a, se niegue a someterse a este test.
¿Puede negarse un padre o una madre a realizarse un test de paternidad?
No. De ninguna de las maneras un padre o una madre pueden negarse a someterse a una prueba de paternidad, sea cual sea su razón. De base y según radica en la legislación española, cualquier sujeto implicado en una prueba de paternidad no puede negarse a someterse a ella. El motivo de esta afirmación es el bien jurídico a proteger, es decir, el hijo o hija.
No obstante, existen unos procedimientos que deben seguirse tanto para conseguir la prueba final, como para, en ocasiones, evitarla y así no convertir en una prueba de paternidad en algo traumático.
¿Qué hacer ante una negativa para una prueba de paternidad?
Si uno de los progenitores del niño/niña se niega a la solicitud de su compañero para someterse a una prueba de paternidad, el solicitante tiene una opción legal y otra emocional. Con ellas, asegurará la respuesta y la responsabilidad de su pareja o padre/madre de su hijo/a.
Opción legal: definir la filiación
La filiación es la relación existente entre madre/padre e hijo/a a nivel jurídico, con la que se establecen una serie de derechos y deberes entre ambas partes. Los trámites para formalizar este documento deben realizarse en un máximo de 20 días tras el nacimiento del menor. En el documento, deben constar los nombres y firmas de padre y de madre.
Existen tres vías por las que se puede dar la filiación y cuyos efectos legales son los mismos:
- Por naturaleza o concepción biológica. Esta puede ser matrimonial o extramatrimonial).
- Mediante técnicas de reproducción humana asistida.
- Por adopción.
Esta unión es muy importante y obligada para los progenitores del menor, pues con ella, ambos se responsabilizan de proporcionar alimentos, cuidados y protección al pequeño hasta su edad adulta.
Asimismo y he aquí la importancia para los casos que llevamos comentando sobre los tests de paternidad, la filiación implica toda responsabilidad hacia el menor. Esta hace referencia no solo a la responsabilidad personal y afectiva, también a la legal y jurídica.
De ahí que, aunque no quiera, el progenitor debe someterse a los reconocimientos y procesos legales que sean necesarios y con los que garantice el bienestar o cuidado de su hijo/a. Es su tutor, al fin y al cabo, con todo lo que ello comporta.
Hay que pensar que el resultado de una prueba de paternidad puede influir en la vida del menor. Ya no solo en lo referente al vínculo entre madre y padre, también al que ellos han establecido o pueden establecer con el menor. Es decir, un test de paternidad es una prueba cuyo resultado y enfoque sí que atañe directamente al hijo/a y a su bienestar.
Opción emocional: dialogar con el otro implicado
Es posible que esta opción sea vista como una especie de quimera o de utopía para quienes solicitan una prueba de paternidad y reciben una negativa de la parte contraria. Sin embargo, es necesario tenerla en cuenta para poder agilizar los trámites y el proceso en general.
El diálogo puede ir acompañado del soporte o respaldo de un abogado especializado en estos asuntos, o bien del de un/a familiar que tenga suficiente confianza con ambas partes para abordar el tema.
Quien solicita la prueba de paternidad debe proponer el diálogo a la otra parte y, en caso de que acepte, escucharla. Todo ello, teniendo en cuenta que para esa persona, su verdad y sus razones cuentan tanto o más que la del otro.
Además, el objetivo de esta charla no debe ser únicamente la ejecución de la prueba, también se debe averiguar qué circunstancias existen y qué opiniones aparecen ante la concepción y paternidad/maternidad del menor. El pequeño es el más importante de todo este proceso.
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